Se conoce como industrialización al proceso de
transformación de los recursos naturales para su aprovechamiento. Al elemento
de la naturaleza que se va a transformar se le llama materia prima y al objeto
transformado se le llama producto elaborado.
Con la Revolución Industrial del siglo XIX y en el siglo XX
se logró:
- Un gran avance en la incorporación de nuevas tecnologías y la superación de los trabajos artesanales (donde el hombre realizaba por sí mismo todas las operaciones necesarias para obtener el producto final) hacia la industria (que se caracteriza por la especialización de las diferentes etapas de la producción) mediante producción en masa.
- Aumentó la productividad.
- Se abandonó el medio rural; se expandieron y crecieron las zonas urbanas en las cuales se instalaron las grandes empresas industriales que conocemos hoy como zonas industriales.
- Se crearon medios de transporte más eficaces.
- Cambió drásticamente el modelo económico y social.
- Se desarrollaron mercados nacionales e internacionales.
Los efectos de las actividades industriales sobre el
ambiente están relacionados principalmente con la producción de los desechos
industriales que pueden ser divididos en varios tipos: basura sólida, como
partículas de polvo o escoria de carbón; desechos líquidos de varios procesos,
incluyendo refrigerantes radiactivos de centrales eléctricas; y desechos de
gas, en gran parte producidos por la industria química.
Hoy el hombre busca maneras de disminuir el efecto negativo
y la destrucción de la naturaleza debido a su actividad industrial.
Impacto ambiental de la industrialización
En las primeras etapas de la era moderna industrial, el número creciente
de fábricas y altos hornos fueron la causa de la mayor parte de la
contaminación atmosférica provocada por el hombre. Posteriormente, el foco
contaminante pasó a ser las centrales eléctricas, y más recientemente se
integraron los automóviles.
Contaminación del aire:
Se origina principalmente por los óxidos de carbono, las
combinaciones del azoto, plomo, azufre, hidrocarburos y polvo industrial. Los
más peligrosos son el petróleo y sus productos, las aguas residuales de la
industria de la celulosa y papel, la industria química y los residuos
radioactivos.
El empolvamento del aire debido principalmente a la
combustión del petróleo, ejerce gran influencia en la cantidad, la calidad y la
intensidad de la radiación solar. La capacidad de reflejo de la superficie
terrestre disminuye; las partículas de polvo que están en el aire disminuyen la
cantidad de radiación que alcanza la tierra, enfriando de esta manera el clima.
El polvo que cubre la superficie de los glaciares absorbe la
energía solar y contribuye al deshielo más rápido, y por lo tanto, a la
elevación del nivel del Océano Mundial.
La transparencia del aire cambia por el aumento de dióxido
de carbono en la atmósfera; cuya cantidad en la atmósfera sube en 0.6%
anualmente. El dióxido de carbono absorbe los rayos infrarrojos del espectro
solar y refleja la energía térmica emitida por la Tierra. Todo esto provoca el
recalentamiento global y el efecto invernadero.
Los principales contaminantes emitidos por efecto del uso de
la energía son:
- Contaminantes sulfurados, principalmente dióxido de azufre o gas sulfuroso (SO₂) disperso en la atmósfera por millones de toneladas cada años; ácido sulfhídrico, que emanan a menudo de los depósitos de basura de las refinerías así como sus compuestos.
- Compuestos carbonados, como el dióxido de carbono (CO₂), son responsables, en parte, de los fenómenos de calentamiento global de la atmósfera; el monóxido de carbono proviene de los gases de combustión de los automóviles, así como de las combustiones incompletas de los hogares domésticos e industriales; el humo de la combustión de diversas materias orgánicas.
- Compuestos nitrogenados, de los cuales los óxidos de nitrógeno suelen ser componentes de la atmósfera. Pueden, en determinadas condiciones, participar en fenómenos fotoquímicos, ocasionando la formación de la niebla tóxica oxidante. Otros compuestos nitrogenados son el amoníaco y el ácido nítrico.
Los contaminantes minerales como el plomo y sus derivados (por el
uso de gasolinas con plomo); el fluoro y sus derivados, a menudo presentes en
los minerales que contienen fósforo, cuya contaminación se ha propagado mucho
en donde está muy desarrollada la industria del aluminio: los silicatos que
emanan de las fábricas de cemento y de las canteras ocasionan daños locales.
Las numerosas partículas sólidas y líquidas, provenientes de los
gases de escape de los automotores, hogares domésticos e industriales,
incineradores, de la quema efectuada en los depósitos de basura en pequeñas
comunidades.
Contaminación del suelo:
Como resultado de la explotación excesiva y el uso indebido de la
tierra, el suelo constantemente se deteriora y se destruye. Este proceso está
relacionado con la erosión, el aumento de la salinidad y la contaminación con
desechos industriales y domésticos.
En 100 años, debido a la erosión, se han perdido cerca de dos mil
millones de hectáreas de tierra fértil. La superficie cultivable disminuye
constantemente debido a la construcción de la infraestructura, viviendas y
fábricas, además del crecimiento de las zonas urbanas.
Los principales contaminantes del suelo son los metales pesados y
sus combinaciones, las sustancias radioactivas, los abonos minerales y los
pesticidas. El mercurio entra en el suelo con los insecticidas y los desechos
industriales, el plomo con las lluvias, los elementos radioactivos (como
líquidos y sólidos con las lluvias después de averías nucleares).
Constantemente se aumenta la cantidad de los residuos domésticos como papel,
llantas, plásticos, desechos de productos alimenticios y de la industria
textil, etc.
Contaminación del agua:
Los desechos domésticos, agrícolas e industriales contaminan el
agua de los mares, océanos y los ríos. Los principales desechos abracan materia
orgánica, materia fecal, detergentes, materiales químicos (como mercurio,
plomo, arsénico-lo que envenena las especies que están en contacto con ellos),
etc.
El polvo industrial y de transporten y el uso de aerosoles que
contienen sustancias tóxicas son una amenaza real para la salud de los seres
humanos. La población que habita las zonas empolvadas, tienen la posibilidad de
cambiar los tejidos del pulmón y ser propensos a sufrir asma.
Datos obtenidos señalan que el aumento de la concentración del
plomo en el organismo humano influye negativamente en la actividad mental,
especialmente en el caso de los niños. El plomo provoca cambios en la
composición del elemento sanguíneo y afecta la médula, el hígado y los riñones.
En el caso del mercurio,
éste penetra en el cerebro y destruye el sistema nervioso, debilita la
actividad mental, causa impotencia y acelera el envejecimiento.
Las sustancias radioactivas.
Incluso tratándose de cantidades pequeñas, perturban la actividad nerviosa,
cambian las funciones de las glándulas del aparato sexual, del tracto intestino
-estomacal y de los riñones. Esta contaminación influye sobre las funciones de
la hipófisis y de la glándula tiroides, además de afectar la actividad del
sistema cardiovascular, etc.
El ruido, las
vibraciones, las corrientes de alta frecuencia, también tienen un efecto
negativo sobre los seres humanos.
En determinadas dosis, la radiación al practicar una radiografía
puede inferir negativamente sobre el desarrollo de un embrión y del organismo
entero.
Las consecuencias de la contaminación del suelo y el agua, también
son graves. El alto contenido de magnesio, plomo y cobalto y el bajo contenido
de cobre, corresponde a una cantidad alta de enfermedades oncológicas
registradas. La contaminación del agua lleva al perecimiento de peces y otras
muchas especies animales.
El hombre como parte de la atmósfera y mediante su actividad eficiente es responsable de protegerla.
En
todo el mundo se comienza a ver con claridad la importancia del uso racional de
los recursos naturales. La pérdida de la biodiversidad del planeta es asunto de
todos nosotros porque nosotros
vivimos en este medio ambiente. Cada vez más, a nivel gubernamental y no
gubernamental, se realizan acciones para proteger al medio ambiente y la biodiversidad
del planeta. Se diseñan nuevas formas de aprovechar eficientemente los recursos
naturales y se proponen medidas para evitar daños al ambiente.
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